August 30, 2007

Passenger Seat

Tomé la copa y serví el vino que dejamos. Preparé cena y me senté en tu lugar. Miré las cajas, el sillón rojo. Te imaginé durmiendo en el aire, cambiándote una vez más de continente.
Prendí el incienso que me regalaste y puse un cd. "You are driving me home"... Te sentí en mi vientre, en mis manos, en mi pecho.
Me asusté de sentirte y de extrañarte.

August 22, 2007

Soy la peor enferma del mundo.
Llevo apenas media mañana en cama y ya no aguanto... me aburro... me deprimo...
Quiero ir a trabajar y sé que no estoy presentable para la sociedad, ni para mis jefas, ni para mis entrevistados... los malditos ataques de tos me tienen mal. Me duele el pecho y los pulmones... dejaré de fumar esta vez? Parece que no aprendo, que el humo bajando por la garganta es más atractivo que la posibilidad de respirar. Me da rabia estar enferma, me da lata sentir los bichos en mi cuerpo, no poder hablar casi, no poder reirme sin ahogarme, sentir todo mi sistema respiratorio colapsado. Sí, parece que esta vez sí que tendré que dejar de fumar. Si no, todos los años coronaré agosto con una nueva neumonia. Pucha, y yo que pensaba que pasaba invicta el mes...

August 19, 2007

Desayuné con noticias de un huracán pasando por las costas evacuadas de Jamaica. M. veía en su computador un modelo de los vientos; Q. ya no estaba; P., sentada en el sillón, contaba detalles del carrete. G. no decía nada. Yo tampoco.
Me comí una manzana verde, vi el sol invadiendo ese departamento ajeno, y de pronto me sentí sobrando. Así que tomé mi chaqueta y me puse a caminar. Parecía primavera...
Me senté en la plaza de la fuente y me llegaron las gotitas de agua. Estuve harto rato pensando, soñando, sintiendo el día. Después hablé con A. y quise juntarme con él, así que caminé y caminé, compré unas cervezas y me fui a su departamento. Comimos champiñones, atún, apio, crema. Nos reímos, conversamos, sacamos fotos. Después nos fuimos a la plaza. Un helado y al pasto, el sol, la brisa, los colores. Los niños andaban en bicicleta y se columpiaban, todo estaba en armonía...
Entonces manejé donde mi papá y ahí estaba ella esperándome, preciosa, resplandeciendo. La bañé y le sequé su pelo largo, rubio, de bella durmiente. Mi pequeña coronó el día, acostada en su camita, diciendo que me quería, que nos veíamos el próximo domingo. Al llegar a mi casa, Tata Barahona parecía impostergable. Recostada en la alfombra, atesorando este domingo que me regalé. Que me regalaron.

August 08, 2007

Retrospectiva


Me acuerdo que volví a Buenos Aires terminando el último semestre de la universidad. Íbamos a un congreso de periodismo en la UBA, pero terminamos recorriendo y carreteando y fuimos sólo dos días a la academia... a inscribirnos, y a buscar el diploma. Fue en junio de 2005. Entré a la sala del Bellas Artes y me quedé pegada con esta escultura. La miré media hora y no quería moverme. De alguna manera, expresaba mi opinión sobre la sociedad. Un montón de seres humanos formados en hilera, estructurados y distintos, pero tan rebaño al fin. Un montón de seres que subían por una estructura cultural, que escapaban de la misma, pero siempre siguiendo un patrón social determinado de conducta. Obviamente la idea no tiene gran complejidad, pero sentí como si Puppo hubiese entrado a mi cabeza, y lograra plasmar mis emociones en figuras de cartón articuladas.



Quisiera haber encontrado a Puppo en las veredas, lejos del museo, lejos de ese espacio ficticio ajeno a la realidad cotidiana. Pero él y ese museo me quedaron grabados en la memoria. Y hoy, que tuve un día cargado de murallas, estructuras y barreras sociales, me sorprendió entre mis imágenes de antaño. Salud por Giancarlo. Salud por la retrospectiva que me hizo olvidar por un segundo el presente urgente que interrumpió mi día.

Giancarlo Puppo, pintor-arquitecto, romano-argentino.