February 24, 2007

Hay alguien allá afuera?



Me quedo sin palabras. Sin aliento. Esperando me quedo. Cobijada en mí.
Puerto Varas, Chile. 15 de febrero de 2007.-


Como Gauguin, guardo esta postal como un recuerdo inspiratorio, para que al verla en unos años, traiga a la memoria todo lo que sentí al ver y conocer la historia de los primeros colonos alemanes en este lugar, el lago Llanquihue. La Tante Puppe nos mandó a visitar el museo, cuyo dueño, Pedro, es el hijo del fundador. Su tatarabuelo llegó a Chile en el primer barco de Austria. Me impresionó el ingenio de esta gente. Pedro dijo que la tecnología la trajeron de Alemania, y adaptaron esas ideas a la madera, fabricando máquinas que les permitieron sobrevivir y adecuarse a este país en ciernes, donde no recibieron más que un pedazo de bosque virgen. El esfuerzo de estas madres que parían y criaban 14 hijos, la postergación de las diferencias religiosas entre luteranos y católicos frente a la necesidad de trabajar juntos para subsistir. El rescatar y preservar el legado de los antepasados. Mi familia conociendo esta historia que también forjó mi patria. Emociones que no quiero olvidar.


vacaciones

Irme fue volver a estar. Fue soltar. Reconocer. Reencontrar. Fue mirar fuera de mí y descubrirme gozando cada momento. Navegar lagos y ríos, escalar, volar entre los coigues, alimentar ovejas, fotografiar volcanes y piedras, cantar, reir, extrañar. Desayunar jugo de frambuesas, kuchen de amapolas, té de bergamota. Irme fue olvidar las cámaras, los informes, las copuchas. Leer sobre Gauguin, entrar a la librería y buscar incansablemente Las Crónicas del Ángel Gris, escuchar Victor Jara, viajar abrazada y de copiloto, hacer cariño.


Naturaleza, familia, identidad. Irme fue recibir mucho más de lo que esperaba.




sigo aquí...