July 27, 2006

Despierto y me siento rara. Al parecer no tengo nada urgente que hacer. Nadie que me diga, me recuerde o me nombre. Nada que ir a reportear, ninguna prueba que corregir, ninguna llamada que atender.

Anoche caminé mucho, salí tarde del trabajo y me sorprendí extrañando. Iba bajando las escaleras cuando sonó el celular. Pero no. Era mi tío del norte, que llamaba para que fuera a comer con la familia. No alcancé a tomar el primer tren del metro, ni encontré una micro que parara. Tenía la nariz roja, las manos congeladas. Llegué cuando estaban en el postre. Después fui donde mi amiga. Llovió.
Ahora amanece y me siento extraña. Pienso si llamo, si escribo, si elijo el silencio. Vuelvo a dormir. De nuevo el celular. De nuevo mi tío del norte. Un almuerzo con la familia, dice. Me levanto y vuelvo a caminar.

A las 4 suena el teléfono. Un amigo que no veo hace tiempo. Nos juntamos, nos reímos, me deja en el metro. Me doy cuenta de que sigo extrañando.

Camino por la calle, la plaza. Ahí siguen la ventana y el banquito, como si nada, ajenos a esta historia, como si nunca hubiesen existido. Entro al canal. Oscurece.

Bajo las mismas escaleras. El viento me golpea el cuerpo. Mi chaleco está muy corto y no traje chaqueta. Pienso si llamo, si escribo, si elijo el silencio.

Vuelvo a mi casa y me duele la cabeza. Llegan mis hermanos. Los abrazo, los regaloneo, les preparo once. Ella se va con una amiga. Yo me levanto y salgo con mi hermano. Una cerveza en Providencia y él se va a su carrete. Cruzo al Phone Box y escucho a la banda tocar. Tomo el auto y subo por Tobalaba. Me reencuentro con compañeros que no veía hace 6 años. Estoy contenta, me río, me abrazan, me invitan. Pero sigo extrañando.
Busco a mi hermano y volvemos a casa. Es tarde, amanece. Hay que ir al aeropuerto. Una noche sin dormir.

Llegamos al counter, los registran, estamos justo en la hora. Compramos un jugo, nos abrazamos, nos queremos. Llegan a policía internacional. Salen corriendo al avión y me doy la vuelta. Prendo un cigarro y suena el celular. Otra vez no. Es mi hermano histérico que me grita que el avión ya se fue, que se quedaron abajo.

Sacamos las maletas y volvemos al counter. Mi hermana habla, reclama, exige. Les dan otros pasajes para el avión de las 12. A pesar de la rabia de mi hermano, del sueño que doblega, de la añoranza, me río fuerte y mi voz hace eco en el pasillo. Sí, estoy contenta. Antes no tuve un momento, no tuve decisión, no tuve esfuerzo. Ahora la oportunidad se ofrece. De pronto todo encaja. De pronto entiendo...

Les invito un café y nos sentamos donde siempre. Jugamos bachillerato, colgado, gato. Nos reímos de todo. “Adivinen la palabra que estoy pensando”. Aparece mi abuela en la memoria, se hace presente de una forma absoluta, dichosa... Hago el ridículo, hablo hablo hablo, mímicas, chistes, besos gordos, cosquillas. Me reencuentro con ellos, me reencuentro conmigo. Pasan las horas volando.

Los dejo en el pasillo de embarque y vuelvo al auto. Es un día precioso, está todo iluminado. Suena el celular, pero ya no extraño.

Llego a mi casa y escribo. Pienso en tomar el auto y manejar sola hasta el Cajón del Maipo. Estoy feliz. Estoy en paz. Estoy conmigo.

7 comments:

Bitter & Sweet said...

Mejor compañía imposible!!... (en estos casos)

Lau said...

Uno mismo es al final el compañero más fiel. Aunque a veces puede ser muy traicionero. Me alegro de que estés en paz.
Un beso muy grande.

Lau said...

Uno mismo es al final el compañero más fiel. Aunque a veces puede ser muy traicionero. Me alegro de que estés en paz.
Un beso muy grande.

Marianne... said...

Seguire esperando tu llamado para una próxima-posible ida al Cajón... o tal vez, antes aparezca o te llame yo...
Te quiero

patch-blue said...

que misterios esconden tus palabras, que espera es tu compañera. me encanta pasar a leerte, y si, tambien pensamiento mio frecuente, tomar el auto y partir, donde me lleven mis ruedas...

Consuelo Terra said...

Hola! Llegué aquí desde el blog de Patchwork. Lo primero que me llamó la atención: el nombre de tu blog. También te gusta la canción de cuna de los Smashing!

Estuve leyendo algunos posts tuyos y me encanta cómo te expresas y las emociones e ideas que trasmites. Además, veo que somos colegas :p

Este post, en particular, es precioso. Redondito y vivo. Te voy a linkear. Besos!

Consuelo Terra said...

oh, y eso de dudar si llamo, si escribo, si elijo el silencio... imposible no empatizar con eso!