November 23, 2007

Hitchcock ponía un ejemplo sencillo para diferenciar la sorpresa del suspenso. Sorpresa es cuando estalla una bomba bajo una mesa donde conversan dos personas. Suspenso es saber que la bomba está ahí y que estallará, pero no saber cuándo, y ver cómo llegan esos personajes al momento de la explosión. Siento que viví estos últimos meses en suspenso. Que lo de esta mañana no fue ninguna sorpresa.



Si la vie m'a mis là c'est qu'elle doit vouloir ma peau
Si la vie m'a mis là c'est qu'elle doit avoir ma peau

November 19, 2007

Hoy fue el día de noviembre con la segunda mayor temperatura desde que se registra el tiempo en Santiago. Pero ella no sintió el calor. Tuvo los ojos húmedos de pena toda la mañana. Almorzó intentando olvidarse de la angustia, quiso participar, conversar, trabajar. Pero no pudo. Tampoco pudo llorar como antes, no pudo desahogarse. Se quedó con la pena, la angustia, la culpa carcomiéndole el cerebro. Entonces pidió ayuda. Y la fue a buscar mamá, como en los viejos tiempos. Fue a ver a su niña regalona, y la llevó a comer torta de tres leches y pie de limón, mientras le hablaba de cualquier otra cosa que no fueran los tormentos que traía la niña en la cabeza. Después se fueron a la casa. Vieron tele acostadas en la cama, El fantasma de la ópera, regalonearon, se rieron. Pero la pena todavía no se iba de su pecho, de sus ojos secos, ardientes. La acompañó abajo con las maletas, esperaron, el taxi no llegó. Sacó el auto rojo y fue a dejarla al aeropuerto. Estuvieron luchando con un taco infernal, sin radio y contra el tiempo. Pero llegaron, y mamá pudo tomar el avión. La niña se volvió manejando con el vidrio abajo, el brazo extendido, la palma abierta tocando el viento. El atardecer embellecía Santiago, lo llenaba de colores cálidos. Reconoció el cerro en Renca, donde hace años encumbró volantines con Jesús, el hijo de la Elsa, una de las mujeres allegadas que grabó para el reportaje. Cuando llegó a casa se sentía mejor. Salir le había hecho bien, y trató de quedarse con esa sensación: sus manos tocando el viento. Al anochecer llenó la casa de velitas. Una luz tenue y a manchones invadió el departamento. Puso a Vivaldi y miró las plantas del balcón en silencio. Entonces sonó el teléfono y se dio cuenta qué patética estaba siendo. Y cambió a Vivaldi por Tryo, y en vez de mirar las plantas salió al balcón y le cantó a la luna. Y se tomó una copa de vino y se dio un baño de tina y por primera vez en el día, se miró sin miedo al espejo.



Mille fois entrelaçons-nous
Et lassons-nous même en dessous
Serre-moi encore serre-moi
Jusqu’à étouffer de toi

Serre Moi - Tryo

November 18, 2007

Cuando entramos me pareció parca. Seca. También necesitada. Quería hablar y contar sobre sus moretones y cicatrices en el rostro. Después nos trajo limonada fría y una carpeta. Me fue conmoviendo de a poco, lentamente. Con su pelo rubio, corto, su tez blanca teñida con manchas moradas por la caída, sus manos arrugadas, alemanas, su jardín con flores, la viuda me pareció casi querible. Entonces contó cómo fue la exposición en Lima, cómo tuvo que fumigar las planchas de madera, y mover los contenedores con las obras. Y luego, mientras yo la miraba a ella anonadada, mientras veía cómo él vibraba y yo vibraba y todo me era mágico, nos contó que mantuvo durante 20 años al artista araucano, porque donde vive uno pueden vivir dos. Se conocieron en Berlín, en 1981, y él le regaló Cabrita perdida en noche de luna... o algo así... Es una obra preciosa, donde una cabrita perdida mira la luna y las flores se abren y refulgen en la oscuridad. Tal vez era él encontrándola a ella. O guiándose por ella. O llamándola. O tal vez le regalaba su relación de niño huérfano con la naturaleza. Dicen que su madre lo parió de pie entre los trigales, y que tuvo una infancia dura y silvestre. Pero él se hizo poeta, y transformó la experiencia en arte. Poeta de la madera, poeta plástico. Lo mío no es realismo. Se basa en la realidad, pero se concreta plásticamente. El misterio del mundo es lo que está ahí, dijo el artista. Y eso pienso con la luz de la tarde, y miro las obras desordenadas en los mesones de la pieza. Qué misterioso el arte, que nos une y nos convoca, y nos interpreta y nos redime. Qué misteriosa relación provoca, que hoy estamos en esta casa ajena de Viña del Mar, con la viuda de un grabador chileno, para quien somos perfectos desconocidos, hablando de su historia, hablando no de la técnica, sino de la emoción y el sentido. Hablando del mundo del xilógrafo, del pintor de acuarelas, del litógrafo. Entrando en el mundo de Santos Chávez.


Primavera, Santos Chávez

El pensamiento es como el viento. El misterio de la vida es como el viento, como aquello que no sabemos cómo, de qué modo, sucederá mañana. Pero si mis manos, y es lo que yo siento- me acompañan, mis herramientas pueden hacer silvar el viento, en los ojos y el corazón de los que miran mis grabados.

Santos Chávez, en su exposición en Tomé en 1999.

(Gracias a J.F. por compartir la experiencia)

November 13, 2007

Espejo no. Caleidoscopio.

Mis escritos parten de hechos, emociones, sensaciones o sentimientos que son ficcionalizados y que canalizo en palabras o historias. No escribo aquí como periodista, ni es éste un diario de vida donde diga mis verdades. Es simplemente un lugar donde creo, donde hago de mi realidad literatura, donde incorporo lo que traigo del día y lo vuelvo algo nuevo, distinto. Es un modo de manejar lo que me pasa, o lo que le pasa a quienes me rodean. Un modo de asimilarlo, de entenderlo, de darle forma. Y si digo muerte, no digo necesariamente muerte, sino tal vez cambio, ciclo, fin. O si digo muerte, no digo necesariamente mi muerte. Este espacio no es un espejo de mi vida. Es más bien una de sus caras, vista a través de un caleidoscopio. Fragmentos emocionalmente honestos, que cuentan -como explica Vargas Llosa- la verdad de las mentiras.

"Las novelas mienten (...) mintiendo expresan una curiosa verdad, que sólo puede expresarse disimulada y encubierta, disfrazada de lo que no es (...) No se escriben novelas para contar la vida sino para transformarla (...) La ficción enriquece su existencia, la completa, y, transitoriamente, los compensa de esa trágica condición que es la nuestra: la de desear y soñar siempre más de lo que podemos realmente alcanzar..."

Mario Vargas Llosa, La verdad de las mentiras.

Cierro los ojos y me imagino que vuelo. Extiendo mis alas que nacen de la espalda desnuda. Observo el mundo emocionada, los ríos, los valles, los bosques. Me elevo un poco más y el viento me acaricia el cuerpo. Voy descalza, libre. Llego al mar y lo sobrevuelo. Toco con mis dedos el agua fría, salada, y me los llevo a los labios. El sol me quema el rostro. Voy liviana, transparente.

November 12, 2007

Phoenix - Run Run Run

Dedicado a mi hermano, que lo amo con todo mi corazón... como esa noche en el terminal de buses de Concepción, con abrigo y chaqueta, capeando el frío con esta canción en los oídos... Bailando en los andenes, con mi hermana y mi madre mirándonos como locos... nosotros felices, cantando I think I´ll better run, run, run, run...
(El video está un poco rayado, pero no encontré otro mejor...)

Hablo desde la decepción. La decepción de la desesperanza. Hablo cansada de leer señales, de esperas perpetuas, de ilusiones infladas con cartas traídas en el viento. Hablo y me siento nuevamente ingenua, niña, virgen, vulnerable. Me siento también pura. Pura por cumplir mi palabra, por honrarte, aún cuando no hay compromisos y tu vocablo me nombra amiga. Quizás qué estaba pensando cuando quise aceptar el ensoñamiento. Creí que se me pasaría antes la tontera, pero no. Mi mente sigue levantando tu recuerdo, tu presencia ausente que resuena en mis días. No sé qué es lo que tienes que te siento casi droga, que mi cuerpo te pide, que te grita por las noches. Algo hay en ti que me hace sentido, aunque sea un absurdo intelectual querer quererte. Tú me dueles. Y creo que no lograrás nunca comprenderlo. No sé si es que evades, sublimas, o incorporas maravillosamente tus dolores, pero esa capacidad casi inhumana de estar bien con todo siempre y en todo momento, me hace verte aún más distante, me hace pensar que estructuralmente no puedes sentir lo que siento. Entonces, voy a la oficina y veo un reportaje de hace años, que cuenta las historias de los niños solos. De los que crecieron antes, los que criaron y educaron a otros niños casi pares. Veo el dolor y la culpa de esas madres que no pueden permanecer en casa, que no pueden darle infancia a sus hijos porque eso parece ser algo que se compra, y ellas no pueden adquirirlo. Frente a eso, qué sentido tiene mi angustia y mi ahogo en el pecho. Qué sentido tiene mi dolor elegido, finalmente, mi opción dolorosa, mi decisión de quererte a pesar de todo. Pero los sentimientos no son objetivos, no se ponderan en una balanza exógena independiente del que vive. Mi dolor es mi dolor, en la cantidad, intensidad y forma en que lo siento. Y ver esas realidades no lo apaga ni lo disminuye. Lo complementa, lo dimensiona, lo pone en perspectiva. A veces deliro y me parece por segundos que ese dolor lo busco porque creo que ennoblece, que agranda, que me hace crecer en él. Será mi mentalidad católica apostólica y romana, no elegida y que se cuela en los hábitos mentales como un fantasma vaporoso. Será la costumbre emocional de ser un poco víctima, un poco héroe. Será que después de todo, este dolor no es tan malo, no es tan cruel, no es tan arbitrario. Será que el dolor en ti, la incertidumbre que me causas, forma parte del modo en que aprendí a relacionarme con tu género. Será que me enamoras, y frente a eso no tengo más explicaciones, entonces discuto conmigo misma y me enredo en palabras que ya no tienen sentido, mientras espero verte, abrazarte, besarte. Mientras convivo con el susto eterno de la unilateralidad de mi experiencia.

November 11, 2007

Nota: por la preocupación de algunos, debo recordar que en este blog ficcionalizo emociones de la realidad, no son hechos de mi vida necesariamente.

No te mueras.
No te mueras.
Te lo exijo con la sangre golpeando mi carne a borbotones. Te lo grito, te lo escupo. Te lo imploro. Te suplico que no se muera, te lo ruego. Te lo ordeno. Por favor no te mueras. Luego arriba, adentro. Mirándome el vientre con las manos duras, tensas, te digo que no te mueras, que resistas. Me arrodillo y entierro los huesos en el suelo. La rótula me duele; me duele el pecho, el vientre, el alma, la cabeza, los genitales. Me dueles tú en mí, me duele él en mí, me duelo. No te mueras... Mis ojos en blanco buscan en tu imagen una respuesta. Te miro. Me miras con los brazos extendidos. Te miro. Esas espinas las siento hoy en mi vientre. Tú, te remites a permanecer estirado en esa figura de bronce que cuelga de la pieza. Auxilio! Por favor no te mueras. Te rezo, te alabo, me ofrezco. Me desespero en tu silencio. La muerte sangra y hiede en mis entrañas.

November 09, 2007

"We´ll sit beneath the mango tree"
Formas económicas de entender la realidad. Formas que nos acomodan. Formas inconcientes que determinan el modo que tenemos de ver el mundo. Paradigmas con que operamos día a día. Intento cuestionarlos, romper mis propios esquemas mentales... descubrir bajo qué premisas estoy viviendo, qué ideas enmarcan mi mente, qué estoy dando por sentado. Me doy cuenta de que mi forma de entender al hombre es absolutamente coincidente con el determinismo estructural de Maturana y los sistemas autopoiéticos. Me doy cuenta de que soy completamente occidental, latina y chilena. Hija mayor,veinteañera, regalona, esforzada. Profesional, periodista, soltera. Imposible desasirme de las fuerzas sociales que me forjan. Las circunstancias que van fraguando mi carácter, mis metas, mis paradigmas. Pero cuando corro, pedaleo, bailo... cuando hago cumbre o escalo a ella, hay un instante en que el cuerpo está agotado, y la mente se libera de todas las ideas y conceptos. Un instante en que sólo estoy en el presente. En que vivo libre de todo paradigma.