
"La tía Daniela se enamoró como se enamoran siempre las mujeres inteligentes: como una verdadera idiota".
Citando a Alexandra, que hoy, con justa razón, citó a Mastretta.
"Hunger hurts but starving works..." Me encanta la Fiona Apple... Me gusta cómo canta, me gustan sus videos, me gusta caminar en la mañana con ella en los oídos. Esta semana ha sido mi mejor compañera.
Este año lo repetimos, el mismo día: 11 de abril. Nuevamente el festejo fue increíble. Hasta bailamos! (Notable R. moviendose al ritmo de la música gitana). Como a las 4 de la mañana llegaron los municipales, así que tuvimos que dejar de zapatearle el techo a mi vecino... Igual que el año pasado, parte del grupo alojó acá. En vez de irme a Conce, esta vez partí al canal, muerta de sueño pero más feliz que cualquier otra mañana.
Descubrí este grupo una vez que no pude ir a verlos tocar en el galpón 9 en Bellavista. Sí, es la versión latina de Kusturika. Este fin de semana fue parte de mi banda sonora, trayendo a la memoria viejos tiempos. Wewo está dedicada a los pedófilos, en especial a un chileno procesado por tamaño delito.
La Mano Ajena acaba de volver de una gira por Europa, según me contó mi amigo T. Cuando sepa de un concierto les cuento. T. dice que es increíble, un espectáculo de música y teatro que esta vez no me quiero perder.
Irme fue volver a estar. Fue soltar. Reconocer. Reencontrar. Fue mirar fuera de mí y descubrirme gozando cada momento. Navegar lagos y ríos, escalar, volar entre los coigues, alimentar ovejas, fotografiar volcanes y piedras, cantar, reir, extrañar. Desayunar jugo de frambuesas, kuchen de amapolas, té de bergamota. Irme fue olvidar las cámaras, los informes, las copuchas. Leer sobre Gauguin, entrar a la librería y buscar incansablemente Las Crónicas del Ángel Gris, escuchar Victor Jara, viajar abrazada y de copiloto, hacer cariño.
Te he extrañado mucho este tiempo. Miro tus ojos preciosos y pienso en cuánto me habría gustado aprehender todas las experiencias que atesoraste, toda tu sabiduría y esa fuerza desgarradora, tu perseverancia testaruda... Dicen que heredé tu fuerza, tu valentía. Pero me falta tanto tanto por aprender. Este año he crecido mucho, habrías estado orgullosa de mí, estoy segura.
Son curiosas las cosas que recuerdo más vívidamente de ti. Tus rodillas débiles, blancas, suaves. Tu olor a manzanas en las manos arrugadas, llenas de manchas cafés. Tu pelo rubio casi blanco, delgado y crespo, esponjoso. Tus pasos cortos... Te echo tanto de menos abuelita... me pena no haber sabido darte el amor que te tenía. Un mes fue muy poquito para ponernos al día... pero lo agradezco inmensamente.
Te quiero abuelita, te amo mi welit. Te necesito también. Necesito tus sopaipillas de invierno, necesito tus rezos, necesito verte sentada en la cocina... pucha abuelita, perdóname por favor... es que te echo de menos... necesito tu fuerza ahora, necesito tu orgullo para hacer lo que sé que tengo que hacer, para tomar esa decisión que me pesa y hacer valer lo que soy. Tal como tú lo hiciste al menos 3 veces. Mi situación es igual a la tuya, sabes. Y yo tengo más educación, más apoyo, pero menos voluntad, menos entereza.
Ayúdame welita, ayúdame a usar todo lo que me entregaste. Ayúdame a decir basta, a decirle lo que pienso, a defender mi paz, mi dignidad.
Mira! En mi balcón, el viento y los pajaritos... te siento cerca welita, aquí adentro siento que me quieres, que me perdonas, que me acompañas.